top of page

LAS DOS CARAS DEL DESASTRE EN AVELLANEDA

  • periodismodeportiv2
  • 24 ago
  • 2 Min. de lectura

Ambos presidentes viajaron a Paraguay para presentar sus descargos ante la Unidad Disciplinaria de la Conmebol, luego de la trágica noche en el partido de vuelta por los octavos de la Copa Sudamericana entre Independiente y Universidad de Chile.

Por Santiago Nuarte, Lautaro Cervantes, Trinidad Bazán, Ignacio Becerra y Agustín Marinero


Después de varias horas de suspenso se pudieron conocer los descargos de ambos equipos, donde al igual que el partido “se pasan la pelota” ya que ninguno admite responsabilidad de sus actos y dejan bastante que desear para lo que son dos clubes de su magnitud.

Del lado del Rojo, Néstor Grindetti culpa en su totalidad a los hinchas chilenos y protege por sobre todo a su gente. En declaraciones posteriores a los trágicos hechos, el mandatario dijo: “El partido fue cancelado por la violencia generada por los simpatizantes de Chile. Vengo a contar lo que pasó y a transmitir que vamos a defender a la gente y a los intereses de Independiente”. De parte de “La U” no hay declaraciones oficiales del presidente Michael Clark.


Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, luego de recibir los descargos de ambos clubes.
Alejandro Domínguez, presidente de Conmebol, luego de recibir los descargos de ambos clubes.

Desde Avellaneda, el presidente de Independiente sostuvo que la responsabilidad inicial fue de los hinchas visitantes. En el documento presentado, el Rojo adjunto imágenes inéditas de la transmisión que, según el club, muestran como los simpatizantes de la Universidad de Chile arrancaron butacas y las arrojaron contra la parcialidad local. Además, marcaron que ApreVide (Agencia de Prevención de Violencia en el deporte) había solicitado suspender el partido desde el minuto 32, pero el comisario de la CONMEBOL ordenó continuar.

Por su parte, el presidente de la Universidad de Chile tomó un tono muy distinto. Puso el acento en la seguridad y en el drama humanitario. Señaló que sus hinchas fueron ubicados en un sector expuesto y sin custodia suficiente, lo que facilitó la irrupción violenta.

“Lo deportivo queda en segundo plano cuando hay vidas en riesgo", expresó en un comunicado el club chileno, que a su vez exigió garantías y denunció que las autoridades argentinas no protegieron a su gente en el estadio.

Ahora la Conmebol deberá evaluar los informes, videos y testimonios de ambos bandos. La decisión de la Comisión Disciplinaria será determinante no solo para definir el futuro de la serie, sino también para sentar un precedente en la región. Mientras tanto el continente espera: ¿habrá sanciones ejemplares o un fallo salomónico que deje heridas abiertas?

 
 
 

Comentarios


bottom of page