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BARBARIE EN AVELLANEDA

  • periodismodeportiv2
  • 24 ago
  • 2 Min. de lectura

Durante el partido de vuelta entre Independiente de Avellaneda y la Universidad de Chile, se desataron hechos de violencia entre ambas parcialidades. Terminando todo con varios heridos, detenidos y con la eliminación de ambos equipos de la competición.

Por Leandro Cáceres Marquez


El encuentro empezaba como cualquier otro duelo decisivo: igualdad 1 a 1 al término del primer tiempo. Sin embargo, lo que siguió fue un descenso progresivo hacia la violencia. Cabe resaltar que hubo una sobre venta de entradas para la parcialidad de la U de Chile, en total había 4000 hinchas chilenos. Apenas reiniciado el segundo tiempo, simpatizantes trasandinos ubicados en la bandeja alta comenzaron a arrojar butacas, palos, partes de sanitarios, botellas y bombas de estruendo hacia la tribuna inferior. Se produjo destrucción de baños e instalaciones, pero los megáfonos no lograron frenar la escalada .

 En ese contexto crítico, el operativo de seguridad, diseñado para ser integral, se mostró claramente insuficiente. Estaba compuesto por 650 policías bonaerenses, 150 agentes de seguridad privada y unos 330 trabajadores de Utedyc. A pesar de estos recursos, la proximidad entre las tribunas, la falta de “pulmones” de contención y la baja presencia de seguridad privada en la zona visitante dificultaron cualquier intento de control .


Los jugadores de ambos equipos observaban con preocupación lo que sucedía en la tribuna.
Los jugadores de ambos equipos observaban con preocupación lo que sucedía en la tribuna.

 

La gravedad estalló cuando la policía optó por desalojar parcialmente a los hinchas chilenos, sin lograr detener la violencia. Entonces, barras bravas de Independiente irrumpieron en la tribuna visitante, atacaron con palos, fierros y armas blancas, desnudaron y golpearon salvajemente a muchos hinchas de la "U", quienes intentaron escapar lanzándose al vacío. Finalmente, el árbitro Gustavo Tejera decidió suspender el partido.

El saldo fue escalofriante. Según distintos reportes, entre 19 y 22 personas sufrieron heridas graves, varios con traumatismos craneales, apuñalamientos o en estado crítico y entre 97 y más de 100 hinchas, todos chilenos, quedaron detenidos.

La confusión sobre cifras tuvo algo de resolución: APreViDe y fuentes policiales confirmaron 111 detenidos y 22 heridos . La Conmebol, tras evaluar la violenta escena y la falta de garantías, canceló definitivamente el partido y abrió el camino a sanciones institucionales graves que ya se están analizando.

 
 
 

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