A lo largo de la historia, el deporte se metió de lleno en distintas partes del mundo y nuestro continente no fue la excepción. La sensación de tocar el cielo con las manos se materializa al portar una medalla, que gratifica el esfuerzo realizado a lo largo de una competencia. La importancia de los Juegos Olímpicos es innegable, pero párrafo aparte merecen los Juegos Panamericanos que tienen una historia rica e interesante.
El movimiento Olímpico de las Américas está comandado por la Organización Deportiva Panamericana (ODEPA), que surgió en 1948 pero que en el año 2018 y a través de la gestión de Neven Ilic se llevó a cabo un cambio de la marca, para pasar a llamarse PANAM SPORTS.
Los Juegos Panamericanos se realizaron por primera vez de manera oficial en Argentina, más precisamente en la provincia de Buenos Aires. Dos Congresos determinaron a dicha ciudad para albergar a esta importante competencia, que llegó finalmente en el año 1951.
En la iniciación de los Panamericanos, participaron 21 países y 2.513 atletas. El país anfitrión obtuvo el primer lugar de la cita. Además, en ese mismo año, la organización elige a su segundo presidente, el General José Clark Flores de México.
A lo largo de los años, el paso de jóvenes deportistas como Michael Jordan, Elaine Thompson, Teófilo Stevenson, Marta, Carl Lewis, Yulimar Rojas, Hugo Sánchez nos han deleitado con sus destrezas y habilidades. Establecieron parámetros que las futuras generaciones intentarán replicar y superar para continuar enalteciendo esta celebración ecuménica del deporte continental.
Los Juegos son un reflejo de circunstancias que atraviesan los países de este lado del planeta y es por ello que, con una gestión articulada y actuando de manera mancomunada es plausible que a través de los Panamericanos, se pueda acortar la brecha existente entre los países europeos y asiáticos y los que luchan aquí por combatir problemas de desarrollo que no permiten mostrar el potencial real de los deportistas.
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